Este tejido se conoce popularmente por su utilización en la confección de prendas de abrigo. Con anterioridad a la popularización de este tejido las prendas de protección frente a la lluvia constaban de dos capas, una exterior de nylon o poliéster y una interior de poliuretano, que era la que proporcionaba esa protección, pero a costa de perder transpirabilidad.
En los primeros tejidos de gore-tex se sustituía la capa interior de poliuretano no transpirable por un recubrimiento de una membrana de fluoropolímero poroso que se unía a un tejido exterior. Asimismo, la capa exterior recibe un tratamiento que lo transforma en hidrófugo (que repele el agua).
El elemento clave en el gore-tex es el fluoropolímero transpirable. La invención se produjo en 1969 por parte de Wilbert L. Gore y su hijo Robert W. Gore. Wilbert L. Gore era químico en la empresa DuPont y abandonó la compañía para crear junto con su esposa Genevieve una empresa destinada a explotar el polímero politetrafluoroetileno PTFE, más conocido como Teflón. Inicialmente, el objetivo era utilizarlo para el aislamiento de cables. El modo tradicional de estirar el material una vez calentado era hacerlo lentamente, pero en una de esas casualidades que con frecuencia dan lugar a las invenciones, Robert Gore proporcionó un movimiento de estiramiento repentino y acelerado al PTFE previamente calentado, logrando una extensión del 800% consistente en una estructura micro porosa con un 70% de aire y con esa transpirabilidad tan característica del tejido conocido como Gore-Tex®.
La invención se protegió en los EE.UU. mediante la patente US3953566 presentada en 1973 y concedida en 1976.

Esta invención se cita en ocasiones como ejemplo de aquella situación en la que una actuación contraria a lo que es tradicional en el sector de la técnica y que produce un efecto técnico sorprende es un indicio muy fuerte de la existencia de actividad inventiva.
Como suele ocurrir con las patentes que protegen invenciones que suponen un gran salto tecnológico, ésta fue protagonista de numerosas vicisitudes. Para hacer valer su patente Gore presentó una demanda por infracción contra la empresa Garlock, Inc. Tras un procedimiento judicial muy complejo y prolongado, la patente fue anulada, aunque posteriormente se mantuvo su validez por el tribunal de casación.
Posteriormente Gore demandó a la empresa Bard por infracción de la patente en la fabricación de injertos vasculares, pero el Tribunal consideró invalida la primera reivindicación independiente al aparecer un documento japonés que cuestionaba su validez. Una muestra de que uno nunca puede estar seguro sobre el estado de la técnica pertinente en relación con una invención reivindicada.
Resulta indudable el éxito comercial de la invención y de la compañía que la ha explotado a lo largo de todos estos años. Los trajes espaciales de los astronautas que participaron en la primera misión del transbordador espacial estaba confeccionados con este tejido y han sido incontables las aplicaciones en diversos sectores. Con la caducidad de la patente en los años 90, numerosas empresas se lanzaron a explotar comercialmente la invención.
La marca Gore-tex ha tenido tal éxito que se cita en ocasiones como ejemplo de marca “vulgarizada”. Como era predecible la marca se encuentra registrada en los principales estados y para gran número de clases:

Una de las primeras solicitudes presentadas en España en relación con este tejido se corresponde con un modelo de utilidad ES0296760U (05/07/1985) sobre un artículo de uso médico, concretamente para el tratamiento de una enfermedad periodontal. A pesar de no ser tan conocido por el público en general, es el sector médico un campo donde se utiliza con frecuencia.

Leopoldo Belda Soriano